La parroquia María Magdalena, situada en el barrio indígena de Monimbó, resultó pequeña por la multitud de personas que llevaron a sus canes con sus mejores atuendos, llenos de coloridos, para celebrar a San Lázaro, amigo de Jesús y protector de los que sufren.
Esta tradición es de antaño y solo los masayas lo celebran de una manera original y única. Consiste en que los promesantes disfrazan a los canes con trajes tradicionales de la cultura de Masaya, payasos, bailarinas, futbolistas, quinceañeras, y hasta en traje de baño, típico de la temporada de verans. Ellos llegan con devoción a pagar las promesas hechas a San Lázaro quien alivia el dolor de sus animalitos.
Tal es el caso de la pequinesa “Kimba”, quien ronda los 18 años, pero a los 15 años le detectaron una cadena de tumores en el estómago y el veterinario dijo que podía morir con la anestesia.
“El veterinario no nos daba esperanza de vida. Se la ofrecí a San Lázaro y prometí que iba a traerla cada año y así ha sido”, contó Zoe Campos, de Managua.
Mientras que Agustín Leyva, del barrio San Carlos, de Masaya, llevó a la “Chilindrín”, disfrazada de fantasía indígena, representando lo cultural de Masaya.
“Hace un mes estuvo al borde de la muerte, se lo ofrecimos a San Lázaro y gracias a él y al Señor estamos pagando promesa”, dio Leyva.
En las afueras de la iglesia maría Magdalena estaba un grupo de veterinarios dando atención al llamado “mejor amigo del hombre”, a quienes suministraban desparasitantes.