En marzo de 1931, Managua se extendía de norte a sur solamente once cuadras. De este a oeste, diez cuadras. La ciudad estaba dividida por la Avenida Central, en la actualidad Avenida Peatonal General Augusto C. Sandino y la Calle Central, que pasaba por el costado sur del hoy edificio de la Cancillería, y en medio de donde estuvo la iglesia de San Antonio y el parque.
Contrario a lo que muchos creen, Managua tenía su nomenclatura para dar las direcciones. Por ejemplo: “"Agencia Buick y Chevrolet F. Alf. Pellas y Co . Ave. Central Sur y 3ra., Calle S. E., edif. No. 2- Telf. 1-7-0 Direc- cable: Pellas- Managua D. N.”, dirección de un respetable ciudadano: “Dr. Enoc Aguado-Direc. 1ra. Calle S. E., casa No. 38- Tel. 1-8-2 Apartado No. 61- Direc.- cable Enoc Aguado Managua D. N”.
Todavía en Managua, la costumbre es dar direcciones tomando como referencia lugares conocidos. En el caso de los puntos cardinales, el norte es el lago, el sur es la loma o la montaña, el este es arriba y el oeste es abajo. El problema ha sido después de los terremotos de 1931 y 1972, cuando se decía: “De donde fue…”. El asunto es que con el pasar de los años, se va olvidando dónde quedaba tal establecimiento o restaurante.
A veces, la imaginación popular crea sus propias direcciones. En un barrio había un centro nocturno, en cuya entrada un rótulo decía: “El Lago de los Cisnes”. Por las características de los asistentes, la dirección popular era: “Del charco de los patos, tantas cuadras a…”
NACE UNA CIUDAD
Managua fue muchos años una aldea de pescadores, asentada a orilla del lago Xolotlán. La primera mención data del mes de julio de 1527, cuando la visitó el cronista español Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdez. Por Managua pasaron muchos viajeros y religiosos: el obispo Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, Ephraim George Squier y su dibujante James Mac Donought.
El alemán Julius Froebel, el francés Félix Belly, Pablo Levy y el capitán de la Real Armada Inglesa, Bedford Pim. Otro alemán, Maximiliano von Sonnenstern, considerado el padre de la cartografía en Nicaragua. El sueco Carl Bovallius y William E. Simmons.
A través de sus relatos conocemos el rápido crecimiento de un pequeño poblado, elevado a ciudad en 1846, declarado capital de Nicaragua el 5 de febrero de 1852.
Para 1931, Managua tenía unos 40,000 habitantes. Había importantes edificios, almacenes, bancos, boticas y un variado comercio que importaba y exportaba muchos productos. Se contaba con hoteles, clubes, periódicos y varias iglesias. Desde 1925 se inició la pavimentación, comenzando por la Avenida Bolívar. Funcionaban agencias de automóviles y camiones, bicicletas y motocicletas como la Harley-Davidson.
Entre los edificios que más sobresalían estaban el Palacio Presidencial, en la Loma de Tiscapa, recién inaugurado el 4 de enero de 1931. El Palacio Nacional, el Banco Nacional, el Palacio de Comunicaciones, el Instituto Pedagógico de Varones, el Instituto Nacional de Varones Ramírez Goyena, el Colegio Bautista de Varones, los clubes Managua e Internacional, los teatros Margot y Variedades y el Palacio del Ayuntamiento.
El hotel Lupone ofertaba alojamiento a diplomáticos extranjeros, a personajes nicaragüenses que visitaban Managua y ofrecía servicios de intérprete a quienes no hablaban español. Otros hoteles eran Colón, de doña Adelina de Pasos; Versalles, de Francisco Bustos y su hermano; Gloria, de doña Constanza de Ocampo; Estrella, América, Chic, Europa, Germania y Sevilla, La
TOSCA Y ESTRELLA
Entre los almacenes estaban: F. Bunge, Francisco Brockmann, U. Morales, Eugenio Lang, Constantino Pereira, Carlos A. Manfut, La Elegancia y La Moda. Las agencias destacadas eran: Dodge-Brother de Horvilleur-Teysseyre, Ford de Chester A. Wallace, Buick y Chevrolet de F. Alf. Pellas, Nash de Octaviano César h., Hudson de Manuel J. Riguero, Hupmobile de Alberto Chamorro y Studebaker de Julio C. Bahleke.
ALMACENES DE COMERCIO
Estaban los sobrinos de Jorge Dreyfus, La Elegancia de Ramón Morales, Almacén de Novedades de José Benito Ramírez, Felipe R. Lau, Riguero-Salomon, Min Sun Lon, Julio Cardenal, Juan On Lon, Manzo y compañía, Manuel J. Riguero, T. Cranshaw, J. R. E. Tefel , Sucesores de Rafael Cabrera, Mántica-Fava, P.J. Franwley, H. B. Raven y Eduardo Bernheim. También la agencia de gasolina, petróleo y aceites lubricantes de la West India Oil Company.
Operaban agencias de aseguros, incluyendo la Pan American Life Insurance Company, de Nueva Orleans; Fotografic Kodak, de E. R. Alemán; las máquinas Singer; la agencia de películas Paramount, de Felipe Le Franc; y la agencia de pianos y pianolas de Carlos Tünnermann. Había una aplanchaduría a vapor de Juan Noguera e hijo, cuatro fábricas de hielo: Central America Power Corporation, Compañía Cervecera de Nicaragua, Victorino Argüello y La Perla de Joaquín Navas S.
Fue famosa la Chibolería Gil. Para entonces había ingenieros civiles y mecánicos, topógrafos, agrónomos, de minas y electricistas. Los más conocidos: Juan P. Rodríguez M., Napoleón Ré, Bernabé Portocarrero, Adolfo Cárdenas, J. Andrés Urtecho, Constantino Castellón, Napoleón Reñazco, J. Francisco Fariña, Juan Ignacio González, Moisés Le Franc y José Pasos Díaz. Los arquitectos: Pablo Dambach, Carlos Bohnenblust, Mario Favilli y Norberto Silva.
Había una buena cantidad de boticas (farmacias), ubicadas sobre todo en los mercados, llamados Viejo y Nuevo. Fueron muy conocidas en Managua las escuelas de comercio de don Fidel Saballos Morales y don Silviano Matamoros. Un lugar de esparcimiento social fue La Dinamarca, de don Guillermo Gront, padre de Edith, la escultora. En el aeropuerto Xolotlán, donde está ahora la Dirección de Migración, estaba una modesta instalación donde los pasajeros esperaban el vuelo de Pan American Airways que tenía el siguiente anuncio: “El tiempo vuela, ahorre usted tiempo, vuele”. Las oficinas funcionaban en los bajos del hotel Lupone.
Managua contaba con aserríos, beneficios de café y de pieles. La fábrica de jabón La Fama, de Felipe R. Lau; fábricas de ladrillo de cemento de Lázaro Parodi, J. Francisco Balladares y Dionisio Martínez Saenz, que además poseía la fábrica La Nutritiva que procesaban chocolate, pinol y café molido. Había librerías, joyerías y ornamentadores como Ernesto Brown. Ya funcionaba el estudio fotográfico de don Adán Díaz e hijas.
ABOGADOS Y MÉDICOS
Algunos de los abogados eran: Enoc Aguado, Salvador Guerrero Montalván, Mariano Argüello Vargas, Miguel Ernesto Vigil, Félix Esteban Guandique, Gerónimo Ramírez Brown, Enrique Cerda, Alejo Icaza Icaza, Francisco Buitrago Díaz, Encarnación Fletes Barberena, Gustavo Manzanares y Santos Flores L.
Médicos y cirujanos: David Stadthagen, Henry Debayle, Inocente Lacayo, Alberto Martínez Ramírez, Emilio Lacayo, Carlos A. Cuadra, Francisco Baltodano, Gonzalo Pérez Alonso, Manuel Pérez Mora, Inocente Leiva, Víctor M. Godoy y Tomás Pereira. Los oculistas: Salvador Reyes y Carlos A. Cuadra. Las ópticas: P. Peñalba e hijos y Miguel Silva S. El farmacéutico: Porfirio Pérez N.
Los dentistas: Alejandro Stadthagen, Laureano Zelaya, Ignacio Castany C., José Rodríguez Blen, Salvador Bravo, José J. Alguera, Leonte Pallais y Ulises Aguilar.
Los periódicos: El Comercio, La Noticia, La Prensa y Diario Moderno.
Mecanógrafas distinguidas: Julieta, Helena, Rosario y Emilia Matamoros.
La lotería nacional de beneficencia se corría el primer domingo de cada mes, con premios mayores de 10,000, 12,000 y 15,000 córdobas. El valor de los billetes era de 4, 5 y 6 córdobas. En 1931, el gerente era el coronel J. Carlos Carrera.
Estaba la Tintorería Alemana, que se anunciaba en inglés: Sanitary Dry Cleaning.
Los sifones de 5 y 10 litros de cerveza Xolotlán, costaban C$1.50 y C$3, respectivamente.
Las principales sastrerías, como La Elegancia de Ramón Morales, la Anglo- americana de José Dolores Reyes y la Modelo de Humberto Pavón, quedaron listas con los estrenos de Semana Santa. Todo se acabó la mañana del 31 de marzo de 1931. La únicas proseciones que hubo fueron las de las victimas del terrremoto que llevaban a enterrar y los damnificados buscando refugio.