Fui un seguidor de cada una de las aventuras de James Bond, el fabuloso Agente 007, mientras Sean Connery era el protagonista. No volví a presenciar sus películas desde que Connery salió del escenario para ser reemplazado por George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig. Sin embargo, escuché tanto sobre “Skyfall”, que compré el DVD y ciertamente fue espectacular. Según los entendidos, la mejor de todas las películas de la serie hasta hoy con Craig saltando sobre Connery.
¿Quién me iba a decir, que a mis casi 72 años, todavía tendría tiempo de ver grabar en vivo y directo, como se dice, la más espectacular escena de la próxima película de Mr. Bond, titulada “Spectre”, en la famosa plaza El Zócalo en México, en el DF?
Una vez más, la casualidad tomándome de la mano. No sé cuántos segundos va a durar en la película esa escena, pero estuve toda la mañana entre la multitud de mirones ubicándome frente a la Catedral, mientras todos los dueños de comercios que rodean el emblemático sitio, rumiaban su malestar al ser afectados por esa toma sin asalto realizada por los productores.
SE PAGARON 14 MILLONES
Por unos doce días, Mr. Bond fue el Rey del Zócalo, atrapando la atención de todo México por medio de la presentación diaria en televisión de las filmaciones, incluyendo la más llamativa y costosa, como fue ver a Daniel Craig, el agente británico en la cinta, realizando una persecución en el desfile del Día de los Muertos, zigzagueando entre esqueletos y calaveras, con más de mil extras en acción, cada uno de ellos recibiendo casi 200 dólares por día, deseando que las repeticiones se extendieran eternamente, combatiendo el desempleo galopante en medio de la asfixiante crisis económica que sacude al país norteño, obligado a un drástico recorte presupuestario.
Es por eso que las reacciones en contra del compromiso del gobierno mexicano, de facilitar casi 14 millones de dólares por la filmación de “Spectre” en ese país que tanto me gusta visitar, agitaron los medios de comunicación, pese a las condiciones impuestas: incluir a una actriz azteca, la sensual Stephanie Sigman, entre las chicas Bond, un abanico que incluye en la cinta a Monica Bellucci; asegurar un mínimo de cinco minutos de filmación con las escenas en México, lo que se extendió a quince por decisión de los realizadores que también utilizaron la calle 20 de Noviembre para muchas tomas; vistas aéreas de los modernos edificios del DF y por supuesto del Centro Histórico --el villano no podía ser mexicano-- y el uso de unidades de la fuerza policial.
DE TRAJE Y ZAPATOS TENIS
La escena más riesgosa, esa de la pelea en el borde de un helicóptero entre Bond y su enemigo, es la que presencié sin comprar boleto. Claro, no era Craig sino un doble, en una acción cargada de suspenso que pareció ser tejida entre acróbatas sacados del Circo del Sol, con la seguridad de utilizar arneses y cables que desaparecen de la vista. El ver a Craig caminando entre la multitud con saco y corbata, y comprobar al día siguiente en las fotos de los periódicos que con tanta elegancia usaba zapatos tenis, fue jocoso. Pero nada más espectacular que las repeticiones de la pelea con el helicóptero girando sobre la plaza, dando la impresión que ambos podían caer en cualquier momento, con nuestros cuellos retorciéndose, los ojos agrandados y el sistema nervioso alterado.
James Bond en México al frente de un equipo de trabajo con más de 150 personas que viajaron desde Inglaterra y posteriormente salieron hacia Marruecos después de haber estado grabando en Londres, Austria y Roma, para continuar el trabajo. De pronto, no me importa la ausencia de Sean Connery. Voy a comprar boleto para ver “Spectre”. Quizás aparezca como mirón en una de las tomas. De ocurrir eso, cobraré como “extra”.
Dos extras fueron expulsados por hacer grabaciones con sus celulares y facilitarlas para ser colgadas en Internet.