La boca, de acuerdo con la teoría freudiana, es el primer lugar donde se experimenta el deseo sexual; es el portal a través del cual se descubre el confort, la seguridad y el amor. La sexóloga Alessandra Rampolla mediante su blog oficial “Mundo Alessandra” comparte que en el sexo no hay nada escrito y que para elevar la libido no es necesario limitarse a los besos, las caricias o la estimulación genital, sino que la naturaleza ha provisto a los seres humanos de boca, labios y dientes para que los empleen como “juguetes sexuales”, como lo puede ser un mordisco, por ejemplo.
Por su parte, algunos científicos de la Universidad de Texas descubrieron que cuando se da o se recibe un beso, el cerebro aumenta la producción de dopamina, una hormona asociada al deseo, y de serotonina, una hormona relacionada a los sentimientos que se pueden tener por otras personas. De esta forma, la sexóloga les brinda a los hombres 4 formas para experimentar el placer con su pareja a través de una boca traviesa.
Cambiar temperatura
Podés emplear un hielo. Colocalo en tu boca mientras besás a tu compañera. El contraste entre lo cálido y frío, y lo húmedo de tu cavidad la harán experimentar una gran excitación.
Chupetones
Proporcionan un tipo de estímulo muy parecido al de la lengua, solo que la habilidad principal está en el juego de ceñir la zona estimulada con mayor o menor intensidad con los labios y en darle mayor o menor humedad. Casi la mayor parte del cuerpo puede ser estimulada con chupetes, excepto el interior del pabellón auricular y el ano.
Mordidas
Los dientes también son una parte de la boca que pueden intervenir en los juegos sexuales; sin embargo se deben emplear con cuidado, ya que cualquier descuido puede provocar lesiones dolorosas y desagradables. Las áreas corporales más ideales para que ellas lo reciban son: las orejas, los labios, el cuello, los pezones y los genitales. Recordá que no se trata de proporcionar dolor, sino de proveer comodidad y placer.
Lamer
No en todas las partes del cuerpo se apetece recibir lametones, ni que estos sean igual de húmedos. El interior del pabellón auditivo, por ejemplo, es muy sensible a la acción de la punta de la lengua, pero la mayoría de las personas prefiere que este contacto sexual no sea tan húmedo. Los pezones también aceptan diferentes grados de humedad. Antes de lamer, lo ideal es presionar la zona a estimular con los labios, aunque esta acción debe ser conversada en pareja antes de ejecutarse.