El daño ecológico que sufrieron los bosques y la fauna de sectores de Cosigüina, en El Viejo, y de la cordillera los Maribios, en Chinandega, alcanzó grandes proporciones este fin de semana.
María del Tránsito Guevara, alcaldesa de El Viejo, coordinará el lunes medidas dirigidas contra quienes se dedican a la extracción de miel de abeja y a capturar garrobos, señalados por las comunidades como los responsables del origen de las quemas.
Guevara viajó hacia el sector de Cosigüina para constatar la gravedad de los daños, estimados en más de 800 manzanas de pasto, bosque y vegetación, quemadas durante los últimos tres días.
Sanciones
“Se les proporcionó bebidas hidratantes y alimentación para la brigada de comunitarios, que de manera voluntaria mitigaron el fuego”, confirmó Guevara, de quien se conoció hizo coordinaciones con el jefe de Policía del municipio, David Hernández, para aplicar sanciones orientadas a detener a ese grupo de “mieleros” y “garroberos”.
Cosigüina es la zona rural más golpeada por el desempleo. Los habitantes llevan a los mercados locales miel en botella a razón de 50 córdobas. Otros capturan los garrobos y los venden a 200 córdobas si van enteros y a 50 cada pieza, ganancias con las cuales sobreviven.
La alcaldesa Guevara manifestó a El Nuevo Diario que se identificarán a los comunitarios que realizan tales actividades, para volver a hacer conciencia en ellos sobre la protección al medioambiente, pero además para explicar las sanciones que se tomarán al respecto.
“El daño es año con año. Los responsables son quienes se dedican a sacar miel o garrobos. No existe una ordenanza que castigue a esa irresponsabilidad porque el daño al medioambiente y a la ganadería es incalculable, en este etapa donde el cambio climático hace estragos en el mundo”, dijo Raúl Terán, productor de la zona.
San Cristóbal
En el sector de la cordillera de los Maribios no es diferente la situación. Un incendio de grandes proporciones se registró hace tres días en las faldas del volcán San Cristóbal, que durante tres días afectó 40 manzanas de bosque, informó Félix Pedro Valle Urey, al frente de una brigada de voluntarios de 30 personas.
“El daño a la vegetación y al hábitat de diversas especies animales es incalculable", apuntó Valle, quien responsabilizó a “los mieleros” y “garroberos” del origen del fuego.
En las comunidades Las Mesas, San Francisco de Asís, Cayanlipe y Laredo, en la parte rural de Somotillo, se produjeron recientemente incendios en la zona de pastizales.
“Nosotros tenemos una ordenanza municipal que responsabiliza a quienes provocan fuegos. Aunque no detuvimos a nadie, la sanción va sobre la vía de hacer conciencia en los lugareños de tener cuidado de apagar hasta las chivas de cigarro, porque el clima y los vientos son factores en contra nuestra”, dijo Kenneth Espinoza, alcalde de Somotillo.
Hasta mediados de marzo ya se reportaban 59 incendios forestales y quemas agropecuarias que habían consumido 3,112 hectáreas de bosques y pastizales.
Durante las últimas dos semanas han ocurrido diez incendios más en varias zonas del Pacífico, de los cuales los últimos tres ya habían arrasado con 143 manzanas de malezas, árboles y tacotales. En 2015 ocurrieron 259 incendios.
Una decena de incendios forestales ha registrado Nueva Segovia, durante lo que ha transcurrido del presente verano.
Denuncias
El alcalde de San Fernando, Melvin Ortez Beltrán, reportó siete incendios en su municipio durante el presente verano, que carbonizaron unas 200 hectáreas, equivalentes a 283 manzanas.
Las áreas afectadas estaban cubiertas por pinares en regeneración, robles y pastos para ganado.
El comisionado Javier Martínez, segundo al mando de la Policía en Nueva Segovia, refirió que la institución ha recibido tres denuncias por daños, mientras los otros casos se investigan de oficio. Aún las autoridades no han contabilizado el total de áreas dañadas.
Agregó que hasta el momento, solo se tiene sospechas de leñeros de la ciudad de Ocotal que penetran a las propiedades privadas. Otra ignición que investigan ocurrió recientemente en el municipio de Santa María, al occidente del departamento.