El sector privado de Nicaragua presentará en los próximos días el plan Agenda 20-20, con 45 puntos o líneas de acción para buscar solución a distintos problemas del sector productivo del país en los próximos años.
Tras la conferencia ofrecida por el economista de Harvard Dani Rodrik, ayer en Managua, el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, dijo que esas 45 líneas de acción implicarían reformas estructurales, por ejemplo, creación de nuevas leyes o ajustes a algunas en vigencia.
Señaló como ejemplo el cambio del pliego tarifario de la energía eléctrica, uno de los factores que encarece ese servicio en Nicaragua. “Estamos hablando de proyectos transformadores, ¿cuáles son los proyectos que necesita el país para poder avanzar de manera clara?", expresó Aguerri.
Rodrik hizo énfasis en la importancia de la alianza público-privada para que crezca más la economía de Nicaragua, sugiriendo detectar los cuellos de botella que afectan a sectores productivos específicos, para resolverlos.
El académico estadounidense sugirió aprender de las experiencias de algunos países asiáticos, donde un mejor capital humano y mejores instituciones han propiciado el crecimiento de las economías.
Advirtió sí que cada país debe valorar qué políticas económicas funcionan mejor en su contexto local.
“La inversión privada se caería si los derechos de propiedad no están protegidos”, comentó Rodrik al señalar puntos elementales de las políticas públicas, e invitó a los sectores productivos y las instituciones a preguntarse qué tipo de industrias e inversiones desean atraer, valorando la conveniencia y las condiciones que deben crear para cada caso.
Rodrik enfatizó en la importancia del diálogo entre los que hacen las políticas y el sector privado.
Juan Sebastián Chamorro, director de Funides, la institución que invitó a Rodrik a Nicaragua, dijo que “hay un montón de actividades en las que podemos ser muy eficientes, pero no las estamos aprovechando simplemente porque no sabemos qué tan eficiente somos; y es muy costoso que un empresario se vaya por sí mismo y bajo su propio presupuesto a buscar si va a poder ser eficiente en exportar salmones a Estados Unidos o a cualquier otro país del mundo”.
“Hay sectores que tienen una mayor diversificación productiva como el manufacturero y zonas francas; el tema del turismo, el café, por la gran cantidad de productores que existen; la ganadería, por el potencial de valor agregado; la agroindustria, que tiene productos con un enorme potencial tomando en cuenta el crecimiento económico de la población consumidora del mundo; el sector forestal, que como sabemos, Nicaragua tiene un gran potencial en este sector, y otros sectores de los cuales aún no sabemos”, explicó Chamorro.
RESPUESTAS
El plan del Cosep para tres años buscará respuestas a problemas detectados en la encuesta realizada el año pasado a 2,540 empresas formales e informales de todo el país.
Las empresas “nos dijeron cuáles son las problemáticas que existe en el país, y sobre esas problemáticas estamos presentando una propuesta para los próximos tres años”, dijo José Adán Aguerri.
Añadió que incluye crear un equipo público-privado que trabaje en cada uno de esos indicadores o líneas de acción.
Destacó que en Nicaragua existe una alianza que va más allá de lo público-privado. “Hemos buscado una alianza donde está presente la academia y los organismos multilaterales. A esto obviamente se le suma el diálogo con el sector trabajador, para que podamos de alguna manera tratar de recuperar el tiempo perdido (en referencia al crecimiento económico)”, expresó el líder del sector empresarial.
Juan Sebastián Chamorro dijo que la matriz productiva de exportación de Nicaragua se concentra en pocos productos, lo que no ha cambiado en varias décadas.
En 1874, el 70% las exportaciones se concentraban en cinco productos: añil, hule, oro, café y madera. La situación no cambió mucho 113 años después, ya que en 1977 los productos que se exportaban eran café (31%), algodón (24%), carne (6%), azúcar (4%) y mariscos (4%).
En 2015, el esquema persiste con cinco productos como protagonistas: carne, café, oro, azúcar y lácteos.