A veces no entiendo el gusto de la gente, pero en estos tiempos donde ya la nueva generación nació tras una consola de videojuegos, es comprensible que gusten y hasta disfruten de películas como John Wick.
A diferencia de otras películas basadas en videojuegos, esta es una película hecha para ser un videojuego, donde el antihéroe es invencible y por mucho que a este lo hieran sigue combatiendo, saltando, girando en el aire, disparando sin cesar mientras los enemigos caen, pero no se acaban.
En realidad nada nuevo que no hayan experimentado con los héroes de acción cinematográficos de la década de los ochentas, como en su mejor momento lo hizo SilvesterStallone o ChuckNorris, por mencionar dos de ellos.
La primera película fue pura matanza y la continuación pues… ¿Qué creen? Comienza con el final de la antecesora, con la masacre de los ladrones de su auto Ford Mustang y asesinos de su perrito. Así sigue sin mayores sorpresas, en la misma tónica, incluso maximizando lo ya maximizado.
Lo cierto es que recuperó su amado carro y vengó a su mascota. Pero para no enfriar los charcos de sangre ahora lo visita Santino D'Antonio,un mafioso italiano (todos los mafiosos en las películas estadounidenses son italianos, chinos, rusos, latinos o de raza afroamericana), quien lo contrata a fuerza para matar a su hermana Gianna.
Así va el superasesinoJohn Wick (KeanuReeves) a buscar su encarguito familiar, pero se encuentra con un ejército de guardaespaldas para recomenzar otra matancina, esta vez más inverosímil que la anterior. Luego su cabeza está valuada en US$7 millones, algo que ayudará mucho para hacer que las balas no se escatimen.
El guión… en realidad no tiene guión verdadero, más que el interés de crear situaciones complicadas para la siguiente matanza, como si de niveles de dificultad se tratara, tal como ocurre con la balacera en el subterráneo.
No se cómo, pero la crítica de la primera fue muy aceptable y miré que la valoración de la segunda mejoró. Esto significa que el director de “Kill Bill” y “Tiempos Violentos”, QuentinTarantino, está sobrando porque ya no hay necesidad de pensar mucho para que una producción violenta pueda ser alabada por la crítica y sea viable comercialmente.