Los mexicanos reclamaban este martes justicia a las autoridades por el asesinato del periodista Javier Valdez y otros reporteros cuyos homicidios han quedado impunes, en un ambiente de indignación general.
Valdez, de 50 años, fue acribillado el lunes en Culiacán, capital del estado de Sinaloa (noroeste), cerca de las oficinas de Ríodoce, semanario que fundó en 2003. Desde hace más de una década era colaborador de la AFP y corresponsal del diario La Jornada.
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La fiscalía de Sinaloa informó este martes que investiga los posibles móviles del crimen en medio de reclamos dentro y fuera de México para que este asesinato no quede impune.
Una línea es "un presunto robo del vehículo" del periodista "y otra línea de investigación que se consigna de manera primordial en nuestras hipótesis es precisamente derivada de la labor periodisítica de Javier Valdez", dijo a Aristegui Noticias Juan Ríos, fiscal de Sinaloa.
Organismos defensores de la libertad de expresiónhan criticado duramente las investigaciones de asesinatos de periodistas pues 99% están sin resolver y en contados casos se ha castigado sólo al autor material sin que se esclarezca el móvil del delito.
Valdez era uno de los cronistas más reconocidos sobre el narcotráfico y crimen organizado, con varios libros que le valieron premios internacionales. Será incinerado en Culiacán, su ciudad natal, este martes a las 17H00 locales (23H00 GMT).
Su muerte reabrió una herida que nunca se ha cerrado en México: la tragedia de ver cómo las voces de comunicadores que narran los problemas del país se silencian con las balas.
Desde 2000 han sido asesinados más de 100 periodistas, de los cuales 11 en 2016, una cifra récord.
Este año suman ya cinco reporteros asesinados, además de un escritor que tenía un programa radial de poesía.
"Nos están matando"
"Matar sin piedad, con impunidad ¿hasta cuándo?", se preguntó Ríodoce. "Impunidad asesina", tituló La Jornada su editorial.
"Matar a un periodista, a una mujer, a un defensor de los derechos humanos (...) se ha vuelto una actividad de muy bajo riesgo" porque "la determinación de hacer justicia es meramente declarativa", lamenta el diario.
El gremio periodístico se movilizó con manifestaciones y la iniciativa de #UnDíaSinPeriodismo, a la que algunos medios se acogieron, principalmente en Sinaloa.
En el Ángel de la Independencia, emblemático monumento de la capital mexicana, pintaron las palabras "Nos están matando" y denunciaron que "la situación de vulnerabilidad de la prensa es insostenible".
"Cada periodista asesinado es una voz que se silencia y nos daña a todos", afirmaron. A final de la tarde se realizará un homenaje a Valdez frente a la sede de la Secretaría de Gobernación.
Las redes sociales hervían con las etiquetas #NiUnoMás, #NosEstánMatando y #NoseMatalaVerdadMatandoPeriodistas.
Presión
El asesinato de Valdez redobló la presión sobre el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, quien el lunes ordenó una "investigación de este indignante crimen".
El asesinato de Valdez causó conmoción internacional con condenas de la Unión Europea (UE), Francia y organismos internacionales, que reclamaron al unísono una investigación eficaz para castigar a los responsables.
"La continua ola de asesinatos selectivos y ataques contra periodistas en México plantea serias preocupaciones", señaló un comunicado de la UE.
El portavoz de la cancillería francesa, Romain Nadal, condenó "con toda firmeza" el asesinato de Valdez, a quien reconoció por su valor "para dar testimonio de los hechos a informar".
"Este crimen nos recuerda una vez más de manera contundente que demasiados periodistas valientes ejercen su profesión en un entorno carente de seguridad", denunció en París Irina Bokova, directora general de la Unesco.
Amnistía Internacional reclamó que "este crimen, como los demás, debe investigarse de manera independiente e imparcial y todos aquéllos sobre quienes pese la sospecha de ser responsables deben comparecer ante la justicia".
La AFP, a través de su directora de la información Michele Leridon, también pidió al gobierno "esclarecer este cobarde asesinato".
"Es peligroso estar vivo"
Valdez, de 50 años y padre de familia, dedicó gran parte de sus casi tres décadas de carrera a investigar a los cárteles, en especial el de Sinaloa, liderado hasta hace poco por el sanguinario Joaquín "El Chapo" Guzman.
Siempre fue consciente del peligro que corría, pero nada le detuvo.
Llegó a decir que en Culiacán "es peligroso estar vivo" y que "hacer periodismo es caminar sobre una línea marcada por los malos que están en el narcotráfico".
"Era muy reservado en cuestión de su trabajo, nunca comentaba nada para no inmiscuir a nadie", recordó su hermano Rafael Valdez al relatar que en estos últimos días nunca le comentó que estuviera amenazado.