Una especialidad de la cocina coreana es el arroz cocido, que se sirve junto a sopas, vegetales y granos, explica Kim SooJin, la chef coreana que vino a Nicaragua para preparar los platillos del festival junto a cocineros nicaragüenses.
Un banquete con sabores y colores extraídos del paisaje típico de Corea del Sur fue disfrutado por nicaragüenses, coreanos vivendo en Nicaragua y representantes del cuerpo diplomático, en el Festival de Gastronomía Coreana celebrado este miércoles en Managua.
“Cada comida de Corea tiene su historia. Cada plato tiene su episodio de la historia, entonces cada plato es una parte reflejada de nuestra cultura de antes”, dice SooJin, quien tiene 35 años de experiencia en la cocina profesional y es maestra y directora de la Academia de Comida y Cultura de su país.
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“Si compartimos un plato de Corea con los vecinos, nos acercamos más como amigos”, enfatiza.
Los platillos coreanos también se caracterizan por el uso de vegetales y raíces nutritivas, como jingseng y jengibre, cocinados al vapor y con poco aceite. En el festival sirvieron el Bibimbap, una mezcla de arroz cocido, carne asada y vegetales salteados.
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Además, hubo Oi-Seon y Daeha-Jatjeup, preparados con ingredientes como pepino, carne de res y calamar. Son alimentos tradicionales que eran servidos a la realeza en el siglo VII y poseen un gran valor nutricional.
55 años de relación
Jóvencitas nicaragüenses, de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), se vistieron con el “Hanbok”, el traje tradicional de Corea para interpretar el baile de abanicos, previo a la cena.
“Creo que este evento es como una fiesta de Corea… Así podemos relacionarnos más como amigos, como hermanos entre ambos países, y así podemos aumentar los lazos cooperativos”, comenta la chef SooJin.
El embajador de Corea del Sur en Nicaragua, Seok Hwa Hong, destaca que con este festival se conmemoran los 55 años de las relaciones diplomáticas entre estos dos países, y los 10 años de la apertura de la embajada coreana en Managua.
“No conocía Nicaragua, pero me sentí familiar cuando llegué aquí; la gente es muy buena y amable”, expresa SooJin. “Me pude relacionar con los cocineros y pude sentir la amabilidad de la gente de Nicaragua. No podré olvidar este país”.