La mayoría de mujeres del campo no considera violencia el maltrato sicológico y económico, revela un estudio realizado en cuatro municipios del país por igual número de organizaciones civiles.
Irma Di Giacomo, coordinadora general del proyecto “PARA! Mujeres rurales libres de violencia”, señaló que las mujeres identifican algunos tipos de violencia, pero el diagnóstico realizado revela que las menos reconocidas son la violencia sicológica y económica.
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“Las mujeres reconocen la violencia sexual, la violencia física, pero en las otras tipificaciones no sienten que estén siendo vulneradas porque en su entorno lo común es ser insultadas o despreciadas, que les quiten el dinero, sus cosas y es por eso que el proyecto va acompañado de una campaña de sensibilización hacia estos tipos de violencia”, destacó Di Giacomo.
El diagnóstico fue elaborado con la participación de las organizaciones que conforman el proyecto, entre ellas el Colectivo de Mujeres 8 de marzo; el Instituto de Investigación y Desarrollo Nitlapán- UCA; Puntos de Encuentro y el Gruppo di Volontariato Civile (GVC). Las organizaciones consideran que en las comunidades más aisladas las mujeres deben ser capacitadas en el tema de derechos humanos.
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Almudena Albert, asistente de la coordinación del proyecto, detalló que el diagnóstico se realizó en marzo, abril y mayo de 2017. Durante su ejecución se realizaron 2,015 encuestas, 24 entrevistas a profundidad y 2 grupos focales con hombres en los municipios de Santa María de Pantasma, Muy Muy y Ciudad Darío en la zona norte del país, así como también en Waslala, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACN).
Uno de los principales hallazgos del estudio es que el 47% de los entrevistados (hombres y mujeres) cree que cada mujer de su entorno ha sido víctima de algún tipo de violencia en algún momento de su vida.
El 81% de las entrevistadas percibe que es real la amenaza de ser asaltadas en su propia casa o en su lugar de trabajo; y un 25% de las mujeres cree que en su entorno pueden ocurrir femicidios.
El 72% declaró que las mujeres sufren violencia por parte de miembros de su familia.
Mercedes Alaniz Polanco, brigadista de salud en su comunidad, asegura que los jóvenes necesitan ser capacitados sobre el respeto a las mujeres y sus derechos. Dijo que gracias a las capacitaciones recibidas durante más de 20 años pudo educar a sus hijos para que no sean hombres violentos y estar alerta cuando alguien maltrata o abusa de las mujeres o los niños.
El proyecto
Almudena Albert precisó que el proyecto tiene cuatro pilares básicos: apoyo jurídico, sensibilización de la sociedad en el tema de la violencia; trabajo con los niños para desde pequeños romperles el rol del machismo; y el apoyo económico en formación y emprendimiento para que las mujeres puedan iniciar sus propios negocios y tengan acceso al crédito.
“Muchas mujeres no tienen derecho al crédito porque necesitan un aval y generalmente no tienen este último porque no tienen nada a su nombre. Ellas necesitan el apoyo económico, pero sobre todo en la parte formativa, por eso Nitlapán - UCA es nuestro socio en el proyecto, porque atiende toda esta parte de formación económica, es decir capacita a las mujeres por medio de instrumentos económicos para que ellas puedan realizar emprendimientos que les permitan independizarse”, señaló Albert.
En febrero concluye el primer año del proyecto destinado a realizarse por tres años. La iniciativa pretende llegar directamente a 400 mujeres y concientizarlas sobre sus derechos, para que los demanden. La inversión es de 600,000 euros y se ejecuta en los municipios donde se realizó el diagnóstico.
Estos municipios fueron seleccionados en base a los datos del Observatorio Voces, el cual en 2014 contabilizó 72 casos de femicidios en el país, de ellos 10 en Matagalpa, 10 en Jinotega y 11 en la RACN, un dato que no varió mucho en el año 2016 cuando estos departamentos alcanzaron el 20 por ciento de los asesinatos de mujeres en el país.
¿Qué es la violencia sicológica?
Según la Ley 779, Ley Integral Contra la Violencia hacia las Mujeres, la violencia patrimonial y económica es la acción u omisión que implique un daño, pérdida, sustracción, destrucción, retención o distracción en los objetos, documentos personales, valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades, bienes de una mujer y los recursos propios o compartidos en el ámbito familiar o de pareja.
También constituye violencia patrimonial y económica “el control de los bienes y recursos financieros, manteniendo así el dominio sobre la mujer, la negación de proveer los recursos necesarios en el hogar, desconocimiento del valor económico del trabajo doméstico de la mujer dentro del hogar y la exigencia para que abandone o no inicie un trabajo remunerado”.
De igual manera la ley establece “que es violencia sicológica la acción u omisión destinada a degradar o controlar las acciones, comportamientos, decisiones y creencias de la mujer por medio de la intimidación, manipulación, coacción, comparaciones destructivas, vigilancia eventual o permanente, insultos, amenaza directa o indirecta, humillación, aislamiento o cualquier otra conducta que implique un perjuicio en la salud mental, la autodeterminación o su desarrollo personal”.