Luego de la suspensión del diálogo nacional la tarde del miércoles, la violencia recrudeció en diferentes puntos del país por la noche. Las ciudades de León y Chinandega fueron escenarios de enfrentamientos fuertes que elevaron a 78 el total de fallecidos en las protestas iniciadas el 18 de abril pasado.
Esos enfrentamientos que continuaron la madrugada del jueves en León y Chinandega dejaron 99 heridos entre los dos departamentos, varios con heridas por arma de fuego, la quema de un vehículo y daños en viviendas.
En Chinandega falleció Luis Manuel Cruz Alvarado ( de 30 años), quien fue llevado por autoridades policiales al laboratorio de criminalística de León, para extraerle la bala que perforó su abdomen.
Cruz, de oficio mecánico, regresaba de reparar un vehículo pesado cuando se vio envuelto en el enfrentamiento entre miembros de las fuerzas de choque del Gobierno y el grupo de protestantes que exigen la democratización del país, informó su padre.
La familia del fallecido, que habita en el reparto David Andino, esperaba que le devolvieran la tarde de ayer el cuerpo, para velarlo y darle sepultura.
La Cruz Roja filial Chinandega instaló un puesto médico, del que remitió a 21 personas al hospital España y la Clínica Previsional Amocsa. Entre los heridos hay una mujer identificada como Diana Gómez, quien resultó con una bala alojada en la mandíbula.
René Valverde, vocero de la Cruz Roja en Chinandega, dijo que al momento del ataque no podían salir de la sede.
“Hubo amenazas de muerte al camillero, de quemar el edificio donde atendíamos a los heridos y lanzaron morteros a los vidrios de la ambulancia”, afirmó.
Dijo que es la cuarta ocasión que grupos afines al Gobierno agreden a los voluntarios.
Noche de terror en León
En el enfrentamiento en León murió Manuel de Jesús Chávez, quien recibió un balazo en la cabeza el miércoles en el empalme de la carretera León-Managua, donde los habitantes de la zona vivieron una verdadera “noche de terror”, según la describieron.
Chávez, quien cursaba el tercer año de secundaria por encuentro en el Colegio Rubén Darío, retornaba a su vivienda en el reparto Salomón de la Selva, luego de salir del trabajo en un cibercafé.
El joven pasaba por la zona del enfrentamiento a eso de las 5:25 p.m. cuando recibió el balazo en la parte frontal de la cabeza, sin orificio de salida. Fue trasladado al Hospital Escuela Óscar Danilo Rosales Argüello (Heodra), donde falleció poco tiempo después.
Victoria Ramírez, de 62 años, progenitora de Chávez, expresó que su hijo fue un pilar fundamental para su familia.
“Ayudaba a su madre, una humilde tortillera. Todas las mañanas, antes de irse a trabajar, iba al molino a moler el maíz y le dejaba el fuego encendido; era una persona espontánea y alegre”, expresó Rebeca Fonseca, sobrina de la víctima.
En León también se registró 78 heridos, y, al menos, tres de ellos se encuentran en condición grave.
Viviendas atacadas
Varias viviendas que funcionaron como puestos médicos improvisados durante el enfrentamiento en el empalme León-Managua, fueron dañadas y saqueadas por las fuerzas de choque progobierno, aseguraron testigos.
Por más de cuatro horas, los habitantes de los barrios Fundeci, Guadalupe, El Calvarito y la Colonia Universidad, sufrieron el asedio de los atacantes que detonaban morteros, bombas y armas de fuego.
Graciela Espinoza, quien habita en las inmediaciones del empalme León-Managua, relató que su casa fue atacada, le lanzaron piedras a las ventanas y quebraron persianas. Los miembros de su familia tuvieron que buscar refugio porque, asegura, les lanzaron morteros con la clara intención de hacerles daño.
“Vivimos cuatro horas de zozobra, eran delincuentes que querían saquear nuestras viviendas, no respetaron que en el interior había niños llorando y personas de la tercera edad”, expresó Espinoza, de 86 años.
María Eugenia Hernández, otra habitante del reparto Fundeci, a quien se le notaba afectada emocionalmente la mañana del jueves, por los hechos violentos que vivió, dijo que ella, su familia y los heridos que estaban atendiendo en su casa, corrieron el peligro de morir.
Rosa María Espinoza, otra pobladora de Fundeci cuya vivienda fue saqueada durante los enfrentamientos, señaló que vivió momentos de terror.
Parroquia asediada
Otro lugar que sufrió el asedio de delincuentes fue la parroquia Jesús Nazareno, en el barrio El Calvarito.
El padre César Ramírez, quien tiene 17 años de liderar esa parroquia, confirmó que en horas de la noche, mientras universitarios de la carrera de Medicina atendían a los heridos, un grupo de manifestantes se presentó con intenciones de quemar la iglesia.
Según el padre Ramírez, ha habido un uso desmedido de las armas de fuego “en los ataques a los manifestantes”.
Lo grupos que enfrentaron a los protestantes llegaron de otros municipios, afirmaron testigos.