Guatemala es el rey del boxeo en nuestra región y así lo dejó claro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Ganó dos medallas de oro a través de Lester Martínez (75 kg) y Juan Reyes (57 kg). Después que Nicaragua ganara 6 preseas doradas en Managua 2017, quedándose Guatemala con 5, insistía en que no compráramos esos resultados como un producto para imaginar que se podía lograr algo importante en Barranquilla, ni tampoco que se creyera que esa era la realidad a nivel regional.
Apenas pasaron tres meses, cuando en el Clasificatorio de Tijuana, la selección nacional se topó con la cruda verdad, ganaron tres de 17 combates, y los trece nicas que clasificaron a Barranquilla fue por un regalo del comité organizador, pues ante la inasistencia de varios países al evento, el cupo les fue garantizado a una gran cantidad de peleadores.
Pero pasó Tijuana y regresó el cubano Pedro Nieves para preparar a la selección. Básicamente los resultados en Barranquilla fueron parecidos a los de Tijuana, ganaron cuatro peleadores y se acumularon 12 derrotas con cuatro medallas de bronce que deben ser sometidas a revisión. Cuando digo ser sometidas a revisión, me refiero a que se le debe contar y explicar claramente a la gente cómo se conquistaron.
Pero bien, haré una breve explicación para que usted mi estimado lector entienda y saque sus propias conclusiones. Pasa que en el boxeo, el sistema de competencia es un poco benévolo, y permite regalarles una medalla de bronce a los peleadores que quedaron en el cuarto lugar. Es decir que en esta disciplina el tercer y el cuarto puesto no tienen ninguna diferencia. Basta ganar un combate para que no importe lo que pase en semifinales. Por eso se lograron cuatro bronce.
Ahora, si comparamos eso con la cantidad de boxeadores nicas que fueron a Barranquilla, que son 13, más el regalo del sistema de competencia, hay que ser honestos y decir que es un fracaso. No puede ser que el gran objetivo de la Federación Nicaragüense de Boxeo (Feniboxa) fuese superar las dos preseas de bronce de Veracruz 2014, esa postura de una dirigencia transmite una seria mediocridad en cuanto al planteamiento de objetivos.
Es más, el boxeo nica ni siquiera quedó en el segundo lugar, respecto a los países centroamericanos, se ubicó en el tercer puesto, detrás de Panamá que conquistó una presea de plata y una de bronce, con solo seis boxeadores en contienda.
Urgen cambios
Para conseguir resultados más importantes se requieren de cambios urgentes, modificaciones de raíz y no superficiales. El problema del boxeo amateur nica no solamente es el tema del poco presupuesto que reciben, lo cual es real y se usa como justificación para tapar los pobres resultados. El problema es que no hay entrenadores que ayuden a los muchachos a evolucionar física y técnicamente. Citaré el ejemplo de Osmar Bravo, pues es uno de los hombres que más tiempo ha permanecido en la selección, fue a Londres 2012, y nunca creció, no quiso nunca ser profesional, siempre fue el mismo, se estancó.
Uno ve a boxeadores como Lester Espino o Jeffrey González, y llena de orgullo ver que son bravos, fajadores, tiradores de golpes como locomotora, pero el amateurismo es más que eso, es velocidad, técnica, desplazamientos, combinaciones largas, viveza, saber salir y entrar, aprovechando al máximo cada segundo de los tres rounds.
Mala gestión
El problema pasa también por un tema de gestión. Hay pocos recursos y se gestionan mal. Si quieren una solución a largo plazo esta debe ser el enfocarse en trabajar más con los niños. Es imperdonable que una Federación de Boxeo apenas tenga un torneo nacional infantil anual, decepciona, entristece y no hay ninguna justificación.
¿Por qué Nemesio Porras ha tenido tanto éxito con el beisbol dirigiendo Feniba? Si bien es cierto los recursos económicos no son comparables a los del boxeo, Nemesio se dio cuenta que la mejor manera de producir talento a largo plazo era invertir en los niños. Se enfocó en poner entrenadores capaces de trabajar con niños. Los resultados a nivel internacional allí están, medallas en panamericanos, latinoamericanos, mundiales, etc.
Pero en el boxeo amateur el trabajo de Feniboxa lo hacen las promotoras como Nica Boxing, que monta a talentos como Jordan Orozco y Jedry Pérez. Recientemente acaba de debutar en el profesionalismo Wiston Guerrero, de 17 años, y lo hizo porque no encontró algo con lo que la federación lo motivara a seguir en el amateurismo. El trabajo de Feniboxa lo hacen personas como Norberto López, montando boxeo infantil los viernes en el gimnasio Nicarao. También está metido en esa labor Onofre Ramírez, el mejor árbitro de Nicaragua.
Dicho todos los argumentos anteriores, mi deseo es que en Feniboxa se hagan cambios de raíz, en planificación, en formas de dirigencia y en quienes trabajan como directivos, pues en redes sociales vi a ciertos miembros de Feniboxa en plan de faranduleo durante su estancia en Barranquilla. Hay que trabajar más y farandulear menos. Busquen gente que ame el boxeo amateur. ¡Por favor!