El presidente Daniel Ortega reafirmó en una entrevista con la cadena RT de Rusia que “no tiene sentido” permitir el ingreso a Nicaragua del grupo de trabajo, que acordó crear el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), para contribuir a la búsqueda de soluciones a la crisis sociopolítica del país que ha dejado más de 300 muertos.
“Ellos tienen que respetar a Nicaragua, nosotros no estamos para responderles a ellos; ellos tienen que responderles a sus pueblos. Bastantes problemas tienen en cada país de estos, como para que vengan a entrometerse a la situación de Nicaragua. No vamos a recibir ese grupo, no tiene sentido”, dijo el mandatario a la periodista argentina Julia Muriel Dominzain, de la cadena RT.
En la entrevista transmitida este lunes, Ortega criticó la labor de la OEA indicando que “ha sido un instrumento histórico creado por los Estados Unidos para controlar aún más a toda la región”; y dijo que su gobierno “siempre ha buscado buenas relaciones con Estados Unidos, pero hemos encontrado agresión”.
“Es subordinación, o sea, esclavitud, y si uno no se rinde entonces viene la agresión”, comentó en referencia a las sanciones contra funcionarios del gobierno sandinista bajo la Ley Global Magnistky y el proyecto de la Nica Act, presentado por congresistas estadounidenses.
Culpa a Oenegés
El presidente Ortega declaró a RT que en el inicio de las protestas, en abril pasado, los primeros que aparecieron “eran unos cuantos jóvenes”, pero, según él, “quienes destacaban por su agresividad eran figuras conocidas como dirigentes de organizaciones no gubernamentales (oenegés)”.
“Las oenegés han hecho una labor de organizar mujeres, jóvenes, en funciones que son muy conocidas. Los fondos que vienen para esas reivindicaciones se desvían y se utilizan para lo que es la promoción política de otro partido político que no es el liberalismo”, dijo.
Según el mandatario, el 18 de abril se vivió “una protesta normal” que describió así: “gritos, algunas pedradas entre protestantes, luego llega la policía y aplaca”.
“La noche siguiente empiezan a salir agrupaciones a atacar puestos de la policía, alcaldías, sedes del Frente Sandinista, viene toda una oleada de ataques armados que empieza a provocar muertos”, declaró.
Ortega dijo que durante los primeros días de protestas la oposición se entusiasmó y vio posible optar de nuevo al gobierno, “pero al pasar las semanas y estar bloqueados por los que supuestamente estaban luchando por la democracia de forma pacífica, al no poder salir de sus casas, eso es lo que explica la alegría de ellos cuando decidimos mandar a la policía a desbloquear los poblados”.
“La gente recibió con alegría a la policía, porque estaban aterrorizados viendo los crímenes que se cometían (en los tranques)”, dijo Ortega, sin referirse a las decenas de muertes ocurridas por la denominada “operación limpieza” en Masaya, Diriamba, Jinotepe y otros municipios del país.
Gobierno habla de alternativas ante posibles sanciones de EE. UU.
En otra entrevista, con el periodista estadounidense Max Blumenthal, emitida este lunes, el presidente Daniel Ortega afirmó que Nicaragua continuará “batallando en la OEA” y agregó que para su gobierno es “imprescindible” buscar nuevos mercados ante el avance de leyes en Estados Unidos que sancionarían a la administración sandinista
“Yo veo que, aún con el debilitamiento que tiene la OEA, tenemos que seguir dando la batalla, hay un espacio que está allí, hay que dar la batalla”, declaró al ser consultado sobre un posible retiro de Nicaragua del organismo internacional.
La OEA tiene hasta el 10 de agosto para crear el grupo de trabajo cuya misión sería ayudar al diálogo en Nicaragua, a través de “medidas de apoyo, acompañamiento y verificación”, para ayudar a buscar soluciones a la crisis sociopolítica del país, lo que sería posible solo si el Gobierno permite que ingresen país.
Estados Unidos, Brasil, Costa Rica, Colombia y Canadá han expresado interés en tener presencia en ese grupo.
Obispos
Sobre el futuro del diálogo nacional y específicamente la relación con los obispos, que sirven como mediadores y testigos, entre el Gobierno y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, Ortega insistió en que algunos religiosos “respaldaban a los opositores”.
“En el diálogo ha habido obispos que han roto con su papel de mediadores, porque desde el día que se instaló el diálogo, algunos tomando la palabra y dándole todo el respaldo a la oposición, en ese momento estaban restándoles autoridad a la comisión; otro obispo usando el Twitter para enviar mensajes en contra del Gobierno, están dañando la credibilidad de la Conferencia Episcopal como mediadores del diálogo. La Conferencia Episcopal sufrió un desgaste por las actitudes de obispos”, dijo Ortega al periodista estadounidense Max Blumenthal.