La competencia es una de las claves de la eficiencia económica del sector energético, según el consultor internacional y máster en Ingeniería Eléctrica, Mentor Poveda, quien en entrevista con El Nuevo Diario también analiza cómo se deben establecer las tarifas.
“No todos los clientes tienen la misma característica ni la misma incidencia sobre los costos del sector, lo ideal es que haya estudios a profundidad que establezcan cómo es la incidencia de cada cliente para que se puedan establecer las tarifas”, explica.
Actualmente en Nicaragua está en discusión un posible aumento en la tarifa eléctrica. La Cámara de Energía de Nicaragua (CEN) propone un precio “plano”, es decir, que el kilovatio hora que se vende en el país tenga el mismo costo para todos los sectores económicos.
Sobre los subsidios, Poveda consideró que son un tema delicado, sin embargo cree que “siempre se debe dar un contenido social, que tenga un límite” y si no respetan no se cubrirían los costos de las empresas, ocasionando que se vuelvan “inviables”.
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¿Cómo se logra la eficiencia en el sector eléctrico?
En el mundo, el sector eléctrico tiene 100 años de operar, primero funcionó como un sector monopólico, es decir había una sola empresa que se encargaba de todas las actividades del sector. Sin embargo, en la década de los 90, en el mundo se estableció que para mejorar la eficiencia del sector era preciso incorporar la competencia y una de las cosas que se hizo fue separar las actividades del sector en generación, transmisión y distribución, de manera que la transmisión y la distribución que son monopolios naturales continuaron funcionando como una sola empresa, pero los generadores comenzaron a competir entre sí por los clientes. Esa competencia genera una mayor eficiencia económica del sector y un mejor funcionamiento. Asociado a eso tiene que haber un regulador que vigile las condiciones técnicas en que se está dando el servicio.
¿Quiénes son los responsables de esa eficiencia? ¿Cuál es el papel del Estado en esto?
La idea que está detrás de esto es que el sector funcione en empresas que compiten entre sí, y el Estado cumpla con su papel de establecer las reglas y que haya un regulador que las haga cumplir, y que sea independiente tanto del Estado como del sector.
¿Cómo ve usted el panorama del sector energético en América Central?
Toda la región, en América Latina y el Caribe, después de las reformas que se produjeron en la década de los 90, han venido funcionando con un sector en el que cambiaron las reglas, y hay países que tuvieron éxito y otros que no .
¿A qué reglas se refiere? ¿En Centroamérica cuáles son los países triunfantes y cuáles son los que fracasaron?
Los países que están mejor en el tema son Panamá y Guatemala, y naturalmente que los otros están en diferentes estados o las reformas fueron en diferentes direcciones, pero lo que más profundizaron en las reformas energéticas fueron Guatemala y Panamá.
¿En qué consistieron sus reformas?
Procuraron establecer la idea central de las reformas, establecer competencia en el sector, hay múltiples generadores que compiten por los clientes.
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¿Y qué experiencias de América Latina se pueden retomar?
Chile y Perú son experiencias positivas, ahí hay un camino a seguir en función de lograr posibilidades de éxito.
Usted habla de reformas energéticas, ¿en qué deben basarse?
Justamente la idea es que no solamente se hablen de las tarifas, naturalmente que estas son un tema importante y el funcionamiento del sector en sí mismo es todo un complejo de acciones y de características que se deben cumplir para que funcione de manera eficiente.
En Nicaragua hay una discusión por un posible aumento en la tarifa eléctrica, ¿cuáles son las factores claves para fijar una tarifa?
La idea es que una de las primeras cosas es que las tarifas en su conjunto deben cubrir los costos de las empresas para que sean económicamente viables, ese conjunto de precios que cubren los costos deben ser repartidos entre los clientes, pero equitativamente, porque no todos los clientes tienen la misma característica ni la misma incidencia sobre los costos del sector, lo ideal es que hayan estudios a profundidad que establezcan cómo es la incidencia de cada cliente para que se puedan establecer las tarifas.
En Nicaragua hay sectores que pagan más que otros, ¿eso es viable?
Eso se puede dar y se debe dar. Hay sectores que están incidiendo más en los costos y otros sectores no, esa es la equidad, es decir que lo que más están incidiendo en los costos paguen más, y lo que inciden menos paguen menos. La equidad no es que todos paguen igual, sino que paguen de acuerdo al peso que tienen en los costos, pero ese peso que tienen no es fácil establecer. Además hay intereses contrapuestos que deben tener un estudio sólido para que no se produzcan distorsiones.
En Nicaragua, el 80 por ciento de los ciudadanos tienen algún tipo de subsidio, ¿pero, qué tipo de subsidios le convienen al país?
El tema de los subsidios es algo delicado, en realidad siempre hay que dar un contenido social, pero eso debe tener un límite y si no respetan ciertos límites se cae en los problemas que tenía el sector antes, que no cubría el costo de las empresas y eso es muy grave porque se hacen inviables.
¿Se debe subsidiar a un 80 por ciento de la población?
No conozco las condiciones particulares de Nicaragua y no me atrevo a opinar. Pero sí debería decir que todo eso tiene que ser dado en función, no de discusiones, sino de estudios sólidos que justifiquen la decisión.
El ejemplo de energías limpias en la región es Costa Rica, más del 90 de su generación eléctrica proviene de fuentes renovables, ¿se debe hacer un balance entre los diferentes tipos de generación eléctrica considerando que el petróleo a veces baja y también se dice que la energía limpia es más cara?
Esto depende de las características del país porque se parte de los recursos que dispone. Si Costa Rica tiene grandes recursos hidroeléctricos y los aprovecha, actúa de una manera eficiente al hacerlo. Eso tiene que ver con las políticas del manejo del sector energético.
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¿Usted cree que es caro producir energía a base de fuentes renovables?
¿Qué es caro? La inversión puede ser mayor, pero a largo plazo el costo resulta menor porque si nosotros instalamos una central termoeléctrica la inversión inicial puede ser baja, pero el costo a lo largo de la vida exige inyección de combustible que nos cuestan, mientras las otras exigen una inversión más alta, pero no nos están pidiendo combustible a lo largo de la vida. La diferencia está en que debemos actuar de manera estratégica.
¿Un país debe dejar su dependencia de la energía a base de petróleo, tomando en cuenta que las energías renovables están en función del clima, como la hidroeléctrica?
El mundo está en esa carrera, empeñado en utilizar los recursos renovables que son menos contaminantes, con menos daño al ambiente. La estrategia actual es combinar recursos renovables, es decir, tener un abastecimiento que sea uniforme y combinando recursos.
¿Nicaragua qué recursos podría aprovechar?
De lo que yo conozco, Nicaragua tiene recursos geotérmicos y tiene por explotar recursos hidroeléctricos. Hay que pensar cómo desarrollarlo.
¿Cómo ve el futuro del sector energético?
Uno pensaba que el futuro era negro, con todos los problemas ambientales, con toda la incidencia del sector en la contaminación ambiental, pero estamos viendo que las incidencias de las energías renovables son más importantes en el mundo, asociado a eso la eficiencia energética, que es usar mejor la energía que se dispone.
Poveda expone hoy en evento de Funides
La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) brindará hoy una charla a cargo de Mentor Poveda, profesional ecuatoriano máster en Ingeniería Eléctrica de Purdue University. El evento se realizará a las 8:00 a.m. en el Hotel Real Intercontinental Metrocentro.
Mentor Poveda
Ha trabajado los últimos veinte años por el desarrollo sostenible del sector energético de Latinoamérica y el Caribe, a través de la eficiencia energética y la energía renovable, desde la Organización Latinoamericana de Energía (Olade).
Se formó en ingeniería eléctrica en Purdue University y su experiencia profesional le ha permitido ser referencia para los secretarios ejecutivos y los directores de departamento de Olade. Ha sido consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Banco Mundial (BM).