Al menos seis incendios se han registrado en el mercado Oriental, el más grande del país, en los últimos dos años, consumiendo 591 tramos y afectando a 460 comerciantes. Geraldina Mercado Martínez, quien ayer vendía su mercancía, entre ellas mochilas a C$20, es una de las afectadas.
Su bodega se incendió a las 11:30 a.m. del 27 de diciembre, perdiendo más del 80% de su mercadería, pero su caso quedó en el olvido cuando a las 10:00 p.m. las llamas en el galerón 2 del Oriental acapararon la atención de las autoridades.
De los 30 trabajadores municipales que estaban apoyándola en labores de limpieza, 25 se fueron al otro sitio. Luego que su bodega ubicada de Ropa Usame 2 cuadras al este, quedó en cenizas, ayer buscaba cómo liquidar lo poco que logró salvar del incendio para pagar las deudas.
“Esto que quedó lo venderé barato. Por ejemplo, las mochilas las daré en C$20. El producto quedó mojado y hediondo a humo, así que no lo puedo vender a su precio. Lo único que me queda es secarlos y con lo que salga de la venta voy a recomenzar. Primero salir de las deudas con el banco y los proveedores, para después recomenzar con las uñas”, relata Mercado.
Ella señala que hasta el momento no ha sido invitada por la municipalidad para participar en las reuniones con los 373 afectados por la quema del galerón 2, ubicado a escasas cinco cuadras de su negocio.
Su bodega estaba llena de productos escolares. “Ese 27 nos preparábamos para comenzar a distribuir los productos a los comerciantes, pero ocurrió esta tragedia. Este era mi modo de vida. Aquí tenía todo y ahora prácticamente no tengo nada. Espero renegociar mi deuda la próxima semana y después veremos cómo haremos para salir adelante”, expresó Mercado.
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Luisa Valentina Vindel Méndez, comerciante de velas y candelas, ha sido doblemente afectada, su primer negocio estaba en el galerón 1 y se incendió el 14 de mayo, por lo cual alquiló en el galerón 2, que fue el que se incendió en diciembre.
Como el apoyo financiero municipal no llegó, Vindel solicitó un crédito en el banco y gracias a eso en diciembre su tramo estaba lleno, pero nuevamente perdió todo.
“Lo más difícil es volver a empezar ¿y cómo voy a hacer ahora para pagar mi crédito? Iba a pagar mi primera cuota de poco más de C$21,000, pero mi producto se hizo humo. En este momento el banco está evaluando mi caso y no ha dado respuesta”, indicó Vindel, quien agrega que para volver a empezar no solo necesita dinero, sino una buena ubicación y recuperar a los clientes.
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Tres de una misma familia
Maritza Miranda, con 30 años en el mercado Oriental es, junto con sus dos hijas, otra víctima de los incendios.
“Las tres quedamos sin nada. Tenía invertido como U$30,000 en granos básicos, cacao, maíz, frijoles, leche PediaSure. Eso sin meter las pérdidas que también sufrieron mis hijas, que estaban comenzando. Yo soy doblemente afectada. Vendía en el otro galerón que se quemó y vine a alquilar en este otro, pero lo que salvé de allá se vino a quemar aquí. Quedé en cero y no tengo ni dónde ponerme a vender”, dijo Miranda llorando.
Ella señaló que con el incendio del galerón 1 la oferta de crédito fue grupal, pero fue rechazado por los comerciantes. “Así nos han tenido desde el otro incendio y no nos han prestado ni cinco bollos. Dicen que quieren formar grupos para hacer préstamos, pero el problema es que unas personas pagan y otras no. Así que quien paga termina pagando por la gente que no lo hace. Eso no resulta porque uno se queda con la gran deuda y otros tranquilos”, aseguró Miranda.
12 intervenciones
El teniente Olmo Noguera, del Benemérito Cuerpo de Bomberos (BCB), señaló que en 2017 en los mercados de Managua intervinieron en 12 sucesos, entre incendios y conatos, de los cuales seis fueron en el mercado Oriental.
“Tras las investigaciones de los incendios es recurrente que la causa principal es un cortocircuito y en segundo lugar la combustión súbita por tanque de gas. Desde el BCB, la Dirección General de Bomberos, la Policía Nacional, Alcaldía de Managua y Commema se vienen haciendo esfuerzos para prevenir estas tragedias. En esto los comerciantes deben entender el peligro que corren sus vidas y su inversión”, argumentó el teniente Noguera.
El oficial destacó que el hacinamiento de los tramos en los mercados es un problema para los carros de bomberos a la hora de apagar un incendio, pero también es un problema social.
“Para reducir el problema es necesario que se cambie todo el sistema eléctrico del Oriental y el resto de los mercados. Sobre eso hay cantidad de conexiones ilegales y conexiones legales que no son seguras, que no tienen su caja de registro, los cables no son los adecuados, necesitan extinguidor y faltan conocimientos para la manipulación de estos”, precisó Noguera.