El comer bien o vivir para comer constituye para algunas personas un verdadero dilema sin repuesta. El secreto para estar en la perfecta conjugación de las dos opciones, lo cual no es fácil. Hoy en día, la palabra prohibido se nos revela como un dictamen a la privación de placeres. En lo que respecta a la alimentación.
¡Lo que está bueno nos perjudica!
En realidad, esto no es así. Si dejamos a un lado algunos malos hábitos, lo cierto es que podemos encontrar placer en la comida que es buena para nuestro organismo.
Una alimentación sabia, es ante todo, una alimentación equilibrada que esté basada en la variedad, que respete nuestro organismo y sus características específicas, como es el peso actual, edad, altura.
Lo que es bueno para ti no necesariamente lo es para otra persona.
Aprender a comer, es, sin duda, una tarea difícil y tal vez osada, pero no imposible. Quiero ayudarte a cumplir ese objetivo. Si además tienes una determinación, juntos lo conseguiremos con un buen plan de ejercicios llegaremos a tus metas.
El ser humano es una máquina que necesita de energía para el desarrollo de sus actividades; Trabajar, hacer deporte, hablar, dormir, caminar, etc. Es básicamente a través de la alimentación que conseguimos obtener la energía que necesitamos.
Nutrición: Para mantener en forma y aprovechar su vida al máximo, es fundamental satisfacer todas sus necesidades nutricionales, teniendo en cuenta su peso y medida. Por eso es muy importante realizar una dieta racional en la cual estén integrados alimentos de todos los grupos.
Hidratación: Después del oxígeno, el agua, es el segundo elemento vital para nuestra vida e incluso, para nuestra supervivencia, puesto que desempeña un papel decisivo en los procesos metabólicos del organismo. Debes tomar entre 2 a 3 litros de agua diarios.
Pérdida de peso: El ejercicio físico regular ayuda a quemar calorías fácilmente. Al mismo tiempo, también contribuye a la aceleración del metabolismo. Diversos estudios han comprobado que el ritmo metabólico se mantiene elevado por algún tiempo después de haber practicado una actividad física fuerte, gastando más calorías a lo largo del día.
Prevención del cáncer: Está comprobado que la práctica de ejercicios físicos moderados y una alimentación natural puede reducir significativamente algunas enfermedades graves, como el cáncer.
Mejoría de la autoestima: Ejercitar el cuerpo hace aumentar su autoconfianza y autoestima, abriendo camino a otros cambios positivos, que pueden contribuir al objetivo marcado del control de peso.
Belleza: La actividad física aumenta el flujo sanguíneo periférico a los músculos y, consecuentemente a la piel. Mejora su estado natural, haciéndolo más resistente, sano y luminoso.
Estrés y ansiedad: Las personas que practican deporte y tiene una buena alimentación, poseen una actitud más positiva en lo que respecta a la salud y a la profesión, quedando menos sensibles a los factores causantes del estrés. También el deporte reduce el sentimiento de ansiedad que puede producir una ingesta exagerada de alimentos.
Masa muscular/ grasa: El ejercicio físico hace aumentar la masa muscular. Como todos sabemos, los músculos consumen energía (calorías) a un ritmo superior de lo que sucede con la grasa, lo que favorece a la reducción de peso. Tú eres el dueño de tus metas, da inicio a tu nuevo estilo de vida.