Hablar de Carol Bendaña es hacer referencia a una diriambina de cepa que logró abrirse paso en el campo periodístico con muy buen suceso en las relaciones públicas.
Una mujer elocuente, amante de la lectura, bailarina, espontánea y aficionada del canto, Bendaña ha trabajado en diversas instituciones públicas y privadas.
Comparte que fue mamá a corta edad, algo de lo que no se arrepiente. Viajó a México a estudiar periodismo en 1976 pero al enterarse del proceso revolucionario decidió abandonar las aulas y regresar a Nicaragua para vivir in situ lo que estaba pasando.
“Trabajé en Aeronica, de aeromoza, pero mi función principal no era ser mesera del aire ni muñeca de sala, sino transmitirles a los pasajeros la euforia del proceso revolucionario que se estaba viviendo. Queríamos que se supiera qué estábamos viviendo en Nicaragua. He trabajado siempre en relaciones públicas”, compartió.
Carol Bendaña es una mujer que no se da por vencida, por ello, en el años 2005, culminó sus estudios de periodismo, los que había interrumpido en México. “Ya trabajando en la Lotería, en relaciones públicas, comencé otra vez a estudiar y terminé estando ya madura”, acotó.
Ella es uno de los rostros más conocidos del Festival Internacional de Poesía de Granada, pues está a cargo de prensa y es parte del comité organizador ad honoren.
Sin embargo, desde hace algunos meses su vida empezó a dar un giro al descubrir que podía confeccionar aretes y accesorios.
“En noviembre de 2016 quería hacer un camafeo para unos aretes que tenía al darme cuenta que todos eran tiesos decidí hacerlos yo. En internet comencé a buscar arcilla para moldearlos y hacerlos a mi gusto y cuando vi que todo era vendido al por mayor y que la arcilla es cara, pensé que iba a hacer varios aretes para mi familia también, ya no pensaba solo en los míos. No se puede comprar una piedra sino que todo es por cien”, reveló.
Admite que nunca había hecho aretes pero le quedaron tan bien que desde entonces no ha podido detenerse.
Técnica ![]()
“Era la primera vez en la vida y me siento como artista plástica con mi paleta y una amplia gama de colores de piedra. Me encanta escoger cuál voy a usar en cada estilo y me ha servido de terapia. Al ver que hice 200 aretes pensé que podría venderlos. Me he inscrito en redes de mujeres emprendedoras y ellas me avisan cuándo vamos a estar en ferias y es una experiencia enriquecedora”, señala gozosa.
Asimismo dijo que se ha unido a una amiga mexicana que conoció en 1976 para asistir a las ferias. Comparten stand y mientras Bendaña ofrece sus aretes, su amiga exhibe cuadros pintados sobre tejas. Acerca de sus aretes asegura que es un trabajo meticuloso y sobre todo original.
“Desde que la arcilla y yo nos conocimos ha sido un proceso larguísimo. Si está seca es difícil, perdí mucho tiempo y dinero conociéndola hasta que encontré cómo era. Las caritas las hago de una arcilla especial que se ocupa para hacer cara de muñecas. Hago los moldes, recorto las caritas, las meto al horno y tengo que estar pendiente porque pueden quemarse o quedar crudas. Yo las pinto, me he familiarizado con la pintura, antes me quedaban muy fuertes o muy ralos, hasta que pude encontrar el punto exacto. Luego de hornear debo pulir previo a pintar”, confesó.
Esta emprendedora ofrece sus diseños en ferias y en su página de Facebook Misaretes.