El doctor Róger Rodolfo Jarquín Barberena ha dedicado su vida a regalarle sonrisas a quienes se han acercado a su consultorio. A sus 61 años hace un repaso por su carrera y muestra su satisfacción por todo lo que ha logrado hacer como odontólogo especializado en cirugía dental.
¿Dónde realizó sus estudios universitarios?
Estudié en la Universidad Nacional Autónoma de México la especialidad de Odontología.
¿Cuánto tiempo estuvo fuera de Nicaragua?
Estuve cinco años fuera de mi patria, pero fue por mis estudios, aunque viajaba en las vacaciones y pues luego regresaba para seguir estudiando, y así pasé el tiempo hasta que un día culminé los estudios y regresé a mi país.
¿Cómo fue la experiencia de estudiar en México?
Fue una experiencia única, muy bonita, porque encontré amigos extraordinarios, definitivamente que el Señor me dio un don al momento de escoger esta carrera, aunque no fui yo quien la escogió, pero al final me encantó.
Si no fue usted, ¿quién decidió que fuera odontólogo?
(Entre risas) La verdad, un día me encontré a mi papá con un boleto de avión en la mano y me dijo te vas a estudiar a México y la carrera en la que ya estás inscrito es odontología, porque vas a ser odontólogo, mi papá lo hizo porque yo en ese momento estaba chavalo y andaba de vago sin hacer nada y entonces él me dijo estudiás o estudiás.
¿Qué sintió en ese momento?
Pues nada más que me fui de espaldas porque yo no quería estudiar eso, yo quería ser granjero, porque me gusta el campo y todo lo que tiene que ver con eso, pues quería ser agrónomo, pero no sabía que Dios me quería para otra cosa, y agarré mis cosas y me fui a estudiar a México y me quedaba donde un hermano.
¿Cómo logró adaptarse a estudiar algo que no escogió?
Bueno, fueron mis padres quienes pagaban todos los gastos que yo generaba, la verdad sin ellos no hubiese podido seguir porque era bien joven y quería hacer otras cosas, sin embargo pues me decidí a asumir los estudios y sobre todo a culminarlos.
¿Qué fue lo más difícil de sus estudios?
Dios, que mi papá me mandara a México con 70 dólares, para mí eso fue una locura en el momento, él me dijo cuando me mandés las calificaciones buenas pedís más, si no ya sabés; en ese momento no pensé más que en buscar trabajo y como quería comprarme una finca más por eso me fui, con ese pensamiento.
¿Cuáles considera han sido sus más grandes logros?
Cuando regresé de México ya con mi título, empecé a trabajar y me compré la finca que yo tanto quería, luego compré una más, hasta que se me hicieron tres, sin embargo, Dios no me quería para ser granjero, Él quería que yo fuera odontólogo, y pues no pude y le regalé una a mi papá, una la vendí y la otra la ocupo para días de campo con mi familia, y siembro de todo tipo de árboles.
Además de ser médico, ¿a qué otra cosa se dedica?
Yo pertenezco a una organización católica que se llama Ciudad de Dios, en donde doy servicios desde hace ya 30 años, me gusta trabajar con jóvenes y además doy charlas matrimoniales, le sirvo al que me ha dado todo en esta vida.
¿Qué lo llevó a la vida cristiana?
Un día yo de necio, siempre con el pensamiento de no querer ser odontólogo sino finquero, me fui bajo un torrencial para una de las fincas y me fui en un barranco donde mi camioneta quedó boca abajo y no podía salir. Salí no sé cómo, y me regresé caminando como unos veinte kilómetros, agarrado de la cola de un caballo y definitivamente ese fue el momento en que yo dije no quiero ser finquero y voy a hacer lo que Dios quiere que haga, y desde ese momento estoy sirviendo en la comunidad.
¿Cómo hace para mantenerse actualizado?
Tengo un diplomado en implantología, que es lo último que ha salido en la ciencia de la odontología y la verdad pues ya siento que hasta aquí llego en cuanto a estudios, aunque siempre me estoy actualizando, diario estudio, diario leo y así es que me voy superando.
¿Qué planes tiene para el futuro?
Me parece muy buena pregunta, porque en este momento tengo un proyecto de construir una clínica más grande, con más espacio para los clientes y por supuesto para ayudar a los jóvenes que están saliendo de la carrera, porque aquí en Nicaragua lo que no hay es trabajo y si uno tiene las posibilidades de ayudar a los que serán el futuro entonces uno lo tiene que hacer, actualmente brindo apoyo a los jóvenes que quieren dar sus prácticas en la clínica y aprovecho para hablarles de la palabra de Dios.
Tengo un sueño y lo voy a cumplir, hacer una sociedad de odontólogos para que en Carazo haya buenos profesionales, porque hay mucha demanda ya en los departamentos y es muy caro viajar hasta Managua y aquí en nuestro pueblo hay buenos profesionales odontólogos.
¿Qué mensaje le brinda a la juventud?
A pesar de que ya el papa Francisco les ha dado muchos consejos a la juventud, pues lo único que yo les digo es que busquen a Cristo, porque el hombre necesita de paz en su corazón y si estamos con Cristo todo lo podemos hacer porque es Él quien nos fortalece, además de estar bajo el manto de la Virgen María.