Por ser la zona más sensible del cuerpo, es que los ginecólogos se enfadan cuando las pacientes no les prestan atención a sus recomendaciones y es comprensible. Estos especialistas quieren que ellas sigan algunas reglas básicas que su mayoría las conocemos pero las pasamos por alto. Solo para refrescar, algunos ginecólogos consultados por el sitio especializado prevention.com comparten los hábitos que desearían que sus pacientes dejaran de hacer.
Internet no es el médico
Recuerde que las redes no tienen una gabacha blanca y un estetoscopio para saber lo que tiene el paciente. Hay miles, millones de páginas web que no necesariamente son escritas por médicos certificados. Por ello hay que tener mucho cuidado al realizar las búsquedas del diagnóstico en internet. Si solo quiere tener referencias, hay sitios web de confianza como Mayo Clinic, MedlinePlus y Cleveland Clinic, pero para tener un diagnóstico más preciso es obligatorio visitar al especialista, explica la ginecóloga y obstetra Katharine Taber, miembro del Congreso Americano de Obstetras y Ginecólogos (Facog).
Quedarse con la ropa deportiva después de hacer ejercicio
Lo que está haciendo es cultivando bacterias. Aunque puede resultar tentador por estar ocupada, no es lo que más conviene. Es necesario quitarse la ropa inmediatamente después de haber estado sudando porque ese calor acumulado puede provocar candidiasis e infecciones. De ahí la importancia de cambiarse una vez que haya finalizado su rutina en el gimnasio. También es necesario trabajar con ropa tejida que permitan evacuar la humedad y sobre todas las cosas utilizar ropa de 100% de algodón.
Cuando el coito es doloroso
Le duele, pero igual lo sigue haciendo, es la decisión de la mayoría de las mujeres con tal de escaparse de la visita al ginecólogo. De hecho, 3 de cada cuatro mujeres durante las relaciones sexuales. Este síntoma puede deberse a varias razones, tales como infecciones vaginales en su mayoría, estreñimiento, fibromas, endometriosis y quistes ováricos.
El ginecólogo no es el médico general
Cada uno tiene su especialidad para tratar a sus pacientes de forma más eficiente. La visita al ginecólogo no puede basarse en si te duele la rodilla o la garganta. “Si bien es cierto que muchos ginecólogos solapan sus funciones con la medicina general (especialmente con los embarazos), “no podemos tratarlo todo”, asegura la doctora Arlene Kaelber, ginecóloga y obstetra en el Hospital Universitario Stony Brook en Nueva York. “En general, si estás preocupada por algo que involucra la zona de la pelvis o de los pechos, lo más seguro y sensato es que vayas a ver a tu ginecólogo”. Para todo lo demás, con ver a tu médico de familia será suficiente”, agrega.
Automedicarse
Los ginecólogos pasaron años y años para terminar su especialidad, nosotros no, precisamente por eso los visitamos. Es un error frecuente que muchas mujeres cometen al comprar medicamentos de venta libre al primer indicio de flujos vaginales o escozor. Para determinar el tratamiento, los ginecólogos indican realizarse cultivos generales para confirmar qué tipo de organismo es el que está causando los síntomas. Muchas de ellas provocadas por bacterias, alergias por contacto o enfermedades de transmisión sexual.
Intentar solucionar todos los problemas en una cita médica
Todo lleva un proceso, aunque todo se trata de ver integralmente, las enfermedades no desaparecerá mágicamente. Recuerde que si tenía un síntoma debía consultarle de inmediato al ginecólogo, para no verse envuelto en estos aprietos. “Así que por favor, que no nos pidan que abordemos una larga lista de problemas o que hagamos revisiones generales para aprovechar la visita”, comenta Jason James, médico y obstetra en el FemCare Ob-Gyn en Miami.
Llevar puestos tangas o protectores diarios
Las tangas ocasionan rozaduras y causan irritaciones, mientras que los protectores diarios muchas veces no dejan pasar el aire. Sin ventilación, esta zona puede verse dañada o ser más propensa a infecciones.