He escuchado y leído que “de todos los resultados posibles entre Manny Pacquiao y Floyd Mayweather, el único descartable, es el nocaut”. Y me pregunto ¿por qué no puede registrarse? Siento, pese a las edades sobre el tapete y el inevitable desgaste, flotar alrededor de las expectativas ese inconfundible “olor” a nocaut, aunque se argumente, que lo visto de ellos en sus últimas nueve peleas, sin poder noquear Pacquiao y con solo un recorte brusco sin discusión por parte de Floyd, es un indicativo de la pérdida de poder.
MÁS PUNCH, PACQUIAO
Mayweather no solo está tratando de sobrevivir como ganador invicto a los 38 años, sino de impactar con un triunfo rotundo. De lograr robarle la iniciativa a Pacquiao, lo que hizo con Mosley después de sufrir angustiosamente un impresionante doblez de rodillas, Floyd podría sentirse lanzado en busca del nocaut, como frente a Ricky Hatton. La precisión de su golpeo, sobre todo en las contraofensivas, puede resultar decisiva.
Por supuesto que la mayor cuota de poder está en los nudillos de Pacquiao, quien seguramente, concentrará sus primeros esfuerzos en volcarse agresivamente al igual que Maidana. Su perfil zurdo y ese consistente y frecuente golpeo con las dos manos, sincronizado con su movimiento de piernas, lo convierten en un agresor temible. Obviamente lo sabe Mayweather, quien prioritariamente, intentará ser Manolete frente al toro con su espada lista para las estocadas.
CLARO QUE FLOYD PUEDE
Un probable duelo mental tan interesante como excitante, pese a los temores de no poder ser testigos de una pelea vibrante de prevalecer una natural cautela en cada peleador, sin subestimar el daño que puede provocar Floyd cuando se suelte y se desborde. La sabiduría de Roach, quien también manejó a De la Hoya en su combate con Mayweather, debe tener listas diferentes propuestas para desequilibrar, pero “Money” está acostumbrado a resolver sin perder mucho tiempo.
La agresividad de Manny ha sido muchas veces imprudente y Mayweather tiene capacidad para plantarse a ratos a cambiar golpes, sacando provecho de su longitud de brazos y rapidez en las ejecuciones. Lo hemos visto funcionar en ese accionar que desajusta al rival y le permite ser más efectivo. Es por esa razón, que no se puede descartar que Floyd tome las riendas, vaya a fondo y defina el combate. Dispone de la necesaria contundencia.
COTTO VE MUERTO A MAYWEATHER
Esta posibilidad de la aparición del nocaut es más viable, cuando la pelea entre a su envejecimiento, es decir después del sexto asalto, un momento en que los músculos gimen y los reflejos parecen perezosos. Uno piensa que Floyd no está preocupado por la capacidad de agresión de Manny. Es lo que él espera, un aluvión de golpes, igual que con Maidana. Hasta hoy, ese plan no ha funcionado en su contra, pero Pacquiao puede ser más frenético que cualquier otro rival, ansioso de un triunfo grandioso.
Según Miguel Cotto, compañero de Manny bajo la mirada de Roach, el filipino va “a matar a Floyd”. Cotto se enfrentó a ambos, pero tiene una inclinación explícita hacia Pacquiao, que no le permite considerar como este ha sido fuertemente golpeado por púgiles sin la movilidad y destreza de Mayweather, todavía difícil de controlar a sus 38 años con poco castigo recibido.
¿QUIÉN MÁS ENVEJECIDO?
Pienso que los 36 años y medio de Manny, se equilibran teóricamente con los 38 de Floyd, agregando su mayor desgaste. Eso deja sin respuesta precisa el ¿quién más viejo?, agigantando más la intriga sobre la simplificación del combate. Pacquiao es un luchador temerario, no hay duda, pero Mayweather es más inteligente para aplicar variantes y golpear en forma menos previsible. Además, ha combatido con suficientes zurdos para no sentirse un extraño.
Soy de los pocos que creen en un triunfo de Floyd por nocaut. Ese tipo de desenlace quitaría validez a cualquier cuestionamiento sobre la calidad que se ofrezca entre las cuerdas. El hombre experto peleando en reversa, muy difícil de tumbar, nunca vencido, sabe contragolpear, robar la iniciativa y tiene suficiente poder sin ser un noqueador nato.